A poco de llegar al gobierno, Mauricio Macri arregló con Hugo Moyano una suerte de convivencia pacífica que le permitiera al hoy presidente de la Nación moverse con tranquilidad, al menos en los primeros meses de gestión.
El “pacto” le costó caro al mandatario, ya que debió entregar el millonario fondo de las obras sociales al Camionero y su troupe. Es una caja que asciende a 26 mil millones de pesos y que permite a los célebres “gordos” mantener el alto nivel de vida que ostentan.
Moyano supo responder con creces, e incluso alcahuetería: "Compañero... te iba a decir. Si no te molesta te digo compañero Mauricio", le dijo a Macri en septiembre de 2015, a poco de convertirse en presidente.
Para que no cupiera duda alguna, el Camionero añadió: "Este gobierno, supuestamente de derecha, no como los ‘progresimios’ que gobiernan, fue de los primeros que pagaron indemnizaciones a los trabajadores. Y eso hay que reconocerlo".
Al paso de los meses, la relación entre Macri y Moyano se fue deteriorando por diversos motivos, principalmente por la negativa del jefe de Estado de conceder puntuales negocios al gremialista. En ese contexto, la frutilla del postre fue lo ocurrido con la empresa OCA, donde el Camionero intentó ganar una pulseada con ayuda oficial, lo cual no logró concretar.
Todo empezó en 2013, cuando un ignoto empresario llamado Patricio Farcuh compró la empresa postal que supo pertenecer a Alfredo Yabrán. Lo hizo a cambio de 60 millones de dólares, que jamás pudo explicar de dónde salieron.
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En realidad, el dinero pertenecía a Moyano, ya que Farcuh era en esos días su principal testaferro. En un principio, todo anduvo por los carriles de la normalidad, pero luego ocurrió lo impensado: el prestanombres se instaló en OCA e intentó quedarse con la empresa. Ello lo enfrentó con el Camionero, quien llegó a tomar la planta por la fuerza.
Una digresión: ¿No es una admisión tácita la del gremialista, de que era el verdadero dueño de la firma?
La disputa llegó a los estrados judiciales, aunque con un panorama sombrío para Moyano. ¿Cómo probar ser el dueño de OCA si ante la Inspección General de Justicia quien figura es Farcuh?
En tal marco, en 2016 el Camionero se reunió con Macri, a quien le pidió que intercediera a su favor. Sin embargo, el presidente se excusó de hacerlo. Ello enfrentó a uno y otro, hasta el día de hoy.
Las PASO del 13 de agosto y la posterior marcha de la CGT fueron sendos termómetros que lograron medir la temperatura de la disputa. En ambos casos, Moyano fue un claro perdedor.
Ello envalentonó a Macri y provocó la eyección de dos funcionarios que reportaban al gremialismo, uno en la Superintendencia de Servicios de Salud y el otro en el Ministerio de Trabajo. Se trata de Luis Scervino y Ezequiel Sabor, respectivamente. Ambos reportaban al titular de Obras Sanitarias, José Luis Lingeri, a quien el presidente entre sus íntimos acusa de “traidor” luego de la marcha cegetista.
Como sea, Scervino y Sabor no serán los únicos que sufrirán el rigor de la espada macrista, se vienen más remociones. Una de ellas relacionada con un alto funcionario de la AFIP.
Al mismo tiempo, Macri ha impulsado una jugada de alto vuelo que busca dotar de más poder al Correo Argentino, al tiempo que intentará desguazar la firma OCA. Es por eso que el “prestanombre” Farcuh se ha reunido hace unos días con un importante funcionario del gobierno en secreto.
El vicejefe de Gabinete, Mario Quintana, será la principal espada del gobierno a la hora de avanzar en la estrategia oficial, que se sumará a otra movida, esta vez en el campo judicial. Allí, Moyano tiene severas complicaciones en varios frentes, principalmente en un expediente relacionado con la mafia de los medicamentos.
A su vez, su nombre está a punto de quedar asociado con la denominada mafia de los contenedores, merced a una gestión en ciernes de Elisa Carrió.
Es la primera parte de una movida que promete escalar a niveles insospechados. De aquellas en las que vale la pena ir alquilando balcones.