En las últimas horas, el narco Esteban Ibar Pérez Corradi sugirió que un supuesto emisario del Gobierno le pidió en 2016 que vinculara a Aníbal Fernández con el triple crimen de General Rodríguez a cambio de recibir ciertos beneficios durante su detención en la Argentina.
"Ellos estaban esperando que dijera cosas de Aníbal Fernández que no eran así y se enojaron por eso", remarcó el hoy acusado de ser el presunto autor intelectual del hecho de marras.
Ello provocó una catarata de repercusiones en las redes sociales, a través de las cuales una legión de tuiteros K se intenta en estas horas desvincular al exjefe de Gabinete K del triple homicidio.
Lo primero que debe mencionarse es que se trata solo del comentario de uno de los acusados por el mismo hecho. Ello lo vuelve poco creíble.
Luego, hay que recordar que hubo un intento por parte de Pérez Corradi de “negociar” su testimonio contra Aníbal a cambio de zafar de la prisión que lo aqueja por tráfico de efedrina. La negativa de la justicia explica su bronca y resentimiento.
A su vez, hay un dato de contexto que los medios omitieron mencionar a la hora de contar la crónica en cuestión: hace solo unas horas, la Cámara Federal de Casación Penal convalidó la prórroga de la prisión preventiva de Pérez Corradi. Ergo, la preventiva que hoy lo tiene tras las rejas vencía en julio y ahora debe esperar hasta diciembre de este año.
Luego, cabe mencionar que está acreditado el vínculo entre el narco y Aníbal Fernández en el marco del tráfico de estupefacientes, tal cual denuncié allá lejos y hace tiempo, en 2008.
De hecho, he sido sobreseído en la querella penal que me hizo el exjefe de Gabinete K un año después, en 2009, por asegurar que fue el autor intelectual del crimen de Sebastián Forza, Damián Ferrón y Leopoldo Bina.
Un dato no menor: todos los implicados en el triple homicidio son personas cercanas a Aníbal: Pérez Corradi, los hermanos Lanatta y los hermanos Schillaci siempre supieron responder a él. Todos, dicho sea de paso, purgan prisión por ese hecho.
En ese contexto, ¿hay que creer que todos actuaron motu proprio, a espaldas del propio Aníbal? Totalmente improbable.
El mismísimo Forza me dijo tres meses antes de ser asesinado que el entonces jefe de Gabinete iba a matarlo por haberse metido en sus negocios. Principalmente dos: tráfico de efedrina y mafia de los remedios.
Finalmente, para terminar de entender los lazos entre Aníbal, Pérez Corradi y el mundo del crimen —y el narco— hay que poner el foco en dos de las personas que suelen visitar a este último en la cárcel
Uno es Hernán Santiago Pollarolo, DNI 24.552.289, socio de los hermanos Lanatta; el otro es Jorge Adrián Cabrera, DNI 25.251.270, socio del propio Corradi, según reveló Tribuna de Periodistas en 2009. Los cruces societarios —y de los otros— exponen cuestiones que Aníbal no puede refutar.
No debe sorprender: la figura del exjefe de Gabinete se deja ver en casi todos los escándalos de relevancia en los que aparecen los narcóticos en el medio. Lo he contado infinidad de veces y está todo agrupado en mi libro “La morsa y la fuga (Wu Wei, 2016)”.
Por las dudas, aclaro que se puede bajar gratis de Internet... De nada…