Ricardo Jaime es Néstor Kirchner. Así lo aseguran quienes lo conocen de cerca y lo han visto caminar los pasillos de
No ha existido en el Gabinete del Ejecutivo Nacional ningún otro funcionario con el poder que ostenta Jaime, aún cuando su rango era sólo de Secretario. Por caso, no hay Ministro que posea la confianza y protección que tiene él por parte del poder político de turno.
Aún cuando ha debido ser eyectado de su cargo al frente de
Eso explica por qué nadie opina sobre Jaime en el seno del gobierno. Ni a favor, ni en contra: la orden es no hablar de él. Todos saben que el mero comentario negativo sobre su persona, provocará la furia de Néstor, su protector.
Lo que pocos saben es que cada día, a lo largo del tiempo que duró en su cargo al frente de la cartera de Transporte, Jaime recorrió los pocos metros que separan el edificio de
Ese es uno de los tantos secretos que han vuelto a Jaime el protegido más fuerte del ex Presidente.
De chofer a Secretario
Jaime, DNI Nº 11.562.171, asumió su cargo no bien Néstor Kirchner alcanzó la primera magistratura, en mayo de 2003. Desde el primer día que ocupó su enorme despacho, su gestión estuvo teñida de diversos escándalos, siempre relacionados con el manejo de la “caja” de los subsidios al transporte. Quienes conocen del tema, aseguran que esa Secretaría es la más “redituable” de todas a la hora de hacer negocios.
Jaime lo puede decir por motu proprio, ya que, cuando asumió su cargo no tenía dinero siquiera para comprarse un traje medianamente oneroso y hoy maneja una fortuna personal que asciende a varios millones de pesos.
¿Cómo llegó este personaje a ser el hombre de la intimidad de los Kirchner? Principalmente, por haber sido su confidente personal. Por caso, cuando Néstor era gobernador de Santa Cruz, Jaime era el chofer que lo llevaba los días viernes de Río Gallegos a Caleta Olivia, sólo para jugar a la ruleta. Según el recuerdo de los más memoriosos, Néstor siempre jugaba al 29.
Pocos años más tarde, pasó a ser el hombre más influyente y protegido del ex mandatario. Tanto es así, que en el año 2004 un abogado llamado abogado Emilio Galende afirmó que estaría dispuesto a declarar ante un juez que detrás de la empresa pesquera Conarpesa estaba la figura de Jaime. Según el letrado, la tercera parte de las acciones de dicha firma pertenecerían al ex presidente Néstor Kirchner, “por intermedio de su testaferro Ricardo Jaime”, a través de un documento rubricado ante el escribano Ángel Alfredo Bustos.
Será el ex vicegobernador santacruceño Eduardo Arnold, quien dará la definición más certera acerca del súper ex Secretario: “Se hizo conocido por pedirle coima a una empresa”.
Posteriormente, en el marco del expediente Southern Winds, donde se investiga la participación del Estado argentino en el envío de cocaína a España durante el año 2004, Jaime aparecerá en boca de uno de los más importantes imputados, Walter Beltrame, como el “mandamás” de esa empresa.
Hoy, el poder del ex Secretario parece licuarse al calor del voluminoso expediente que Norberto Oyarbide lleva adelante contra su persona. Las sospechas sobre el ex secretario son tan fuertes, que el magistrado ha decidido prohibir su salida del país junto a su núcleo familiar más cercano.
Nadie sabe aún qué ocurrirá en esa causa judicial, a sabiendas de la protección que el kirchnerismo brinda a su ex secretario preferido. Sin embargo, es más que elocuente la tranquilidad que muestra Jaime en las pocas apariciones públicas en las que se lo ha visto.
Nunca más que hoy cabe el interrogante: ¿Será Justicia?