"Solo se ha visto la punta del iceberg", dijo a este periódico una relevante fuente de información judicial cuando se desató el escándalo por los fondos manejados por Sergio Schoklender en el marco del programa Sueños Compartidos, de la fundación Madres de Plaza de Mayo. Observando lo que ocurre en estas horas en torno a ese mismo expediente, bien puede confirmarse el vaticinio del informante.
En estas horas, por caso, la investigación ha virado en torno a los sospechosos viajes que el ex apoderado de esa entidad ha hecho a través de tres onerosas aeronaves, la mayoría de ellos a sitios vinculados con el tráfico de drogas, el blanqueo de dinero y la creación de sociedades off shore. Esos datos que hoy se encuentran en el escritorio del fiscal Jorge Di Lello fueron publicados por este medio hace más de una semana.
La Justicia investiga los viajes de Schoklender, no ya a través de tres aeronaves, sino también de una cuarta, un avión Beechjet 400A, matrícula N-143HM, valuado en 1,2 millón de dólares.
Lo revelador del caso es que, quien ostenta la titularidad del mismo es José Fernando Caparrós Gómez, uno de los financistas de Sergio Schoklender y el hombre que controlaba la constructora Meldorek hasta el pase del 90% de las acciones a manos de Schoklender. Diario Clarín confirmó esa versión mediante uno de los pilotos del avión que reconoció a Caparrós Gómez e incluso lo señaló como uno de sus pasajeros.
"Según los registros a los que accedió este diario, los últimos vuelos fueron a El Calafate y Mendoza (2 turistas rusos fueron los pasajeros) y Salta (4 pasajeros). Fue Daniel Laurenti, socio de Caparrós Gómez, ex presidente de Meldorek y otro de los investigados por la Justicia por lavado de dinero en el caso Schoklender, quien empezó gestiones hace poco más de un mes para sacar el avión del país pero no tuvo resultados", asegura el matutino.
¿Cuál podría ser el motivo para que un avión tan oneroso haga viajes con tan pocas personas? ¿Quiénes eran los pasajeros? ¿No es sospechoso que se dirigiera a El Calafate y a Salta, destinos vinculados al kirchnerismo y al narcotráfico?
Si ello no fuera suficientemente sospechoso, hay que mencionar que todos los vuelos que hizo este avión partieron desde Aeroparque, para evitar dejar rastros en San Fernando.
Prosigue Clarín: "el 28 de diciembre pero de 2009, a las 9:47, Schoklender salió rumbo a Panamá desde Ezeiza. Panamá se transformó en uno de los lugares preferidos para instalar empresas fantasmas. Un destino repetido en el Caso Jaime y en los presuntos sobreprecios en negocios con Venezuela. El ex titular del OCCOVI, Claudio Uberti, echado luego del escándalo de la valija de Antonini Wilson, también viajó a Panamá en el medio de las denuncias. Schoklender volvió a la Argentina a las 6 de la mañana del 12 de enero de 2010. Según consta en los archivos oficiales, la ex mano derecha de Hebe de Bonafini cruzó varias veces en automóvil por el Puente Internacional Tancredo Neves (Foz de Iguazú)."
La pata oficial
Si de investigar aviones se trata, donde debería focalizarse la Justicia es sobre el Challenger 600, que vuela con la matrícula LV-BYG. Esta aeronave ha sido utilizada por varios funcionarios del Gobierno. "A partir de marzo de 2010, el avión fue contratado por el Ministerio de Planificación Federal para trasladar al ministro (Julio) De Vido a Río Gallegos, a Venezuela y a Bolivia. La mayoría de las veces que el avión queda en tierra suele quedar estacionado en un hangar de la empresa Baires Fly", admitió a este medio una altísima fuente de la cartera de Planificación Federal.
El dueño de la empresa referida es Luis Grande, quien según dueños de importantes hangares locales estaría vinculado con el avión hoy detenido e investigado en España por transportar cocaína.
Independientemente de esto último, hay que destacar que el costo de tener un avión Challenger parado —y listo para viajar en cualquier momento— tiene un costo de 90.000 dólares por mes aproximadamente.
¿Por qué entonces, a pesar de tener a su disposición los aviones oficiales Tango, 01, 02, 03 y 10, los Kirchner recurren a este tipo de aeronaves, uno de ellos el sospechoso Challenger 600, matrícula LV-BYG? Son preguntas que aún no tienen respuesta pero que indirectametne se vinculan con tres laboratorios de drogas —uno en Capital Federal, otro en zona norte y el tercero en zona sur— que investigan funcionarios de la DEA. Lo hacen con cautela ya que sospechan que esos sitios están "protegidos" por funcionarios de altísimo nivel del poder kirchnerista.
¿Hay protección oficial como sospechan los norteamericanos? Todo parece indicar que sí. Dos ministros del gabinete de Cristina Kirchner —los más poderosos, no casualmente— son los más implicados al respecto. Pero no son los únicos: media docena de empresarios que se presumen testaferros del poder, dos poderosos banqueros y el sindicalista más relevante de la Argentina son parte de la misma trama maldita.
No es poco.