"¿Qué es lo que podría contar Sergio Schoklender que compromete al Gobierno? ¿Por qué amenazó a Cristina Kirchner con hablar?". Esa retórica pregunta fue efectuada por este periodista el pasado 16 de junio, no bien estalló el escándalo que involucró al ex apoderado de la Fundación Madres de Plaza de Mayo. Allí se reveló por primera vez que existía una secreta "advertencia" en ciernes por parte de Schoklender al oficialismo.
Esa amenaza se hizo carne en las últimas horas cuando el ex mano derecha de Hebe de Bonafini presentó ante la Justicia un escrito en el que denuncia que la titular de Madres tiene cuentas en bancos europeos, que su organismo pagó gastos de la campaña electoral del kirchnerismo y que el avión privado en el que se movía fue usado por funcionarios nacionales.
"En su embestida para involucrar al gobierno nacional, Schoklender fue más allá y apuntó también contra el juez federal Norberto Oyarbide, a cargo de la causa. Dijo que había entregado al juzgado documentación que permitiría probar estas afirmaciones y que estos papeles estarían en la caja fuerte del tribunal", asegura hoy diario La Nación.
Schoklender jura que le dejó a Oyarbide evidencias de que Hebe de Bonafini tendría cuentas a su nombre en la Caja de Asturias, en España, y que existirían comprobantes de depósitos por unos 2.000.000 de euros. "Las cuentas estarían también a nombre de Mercedes Meroño, una de las madres, de 85 años, vicepresidenta de la entidad", avanza el diario antes referido. Señala el mismo escrito que existirían otras cuentas en un banco de las islas Canarias, en Italia y en Francia.
También se menciona que "existiría un listado de facturas de gastos de campaña, por el pago de afiches y a consultoras, de acciones realizadas por el subsecretario de Obras y Servicios Públicos, Abel Fatala; por el ministro de Economía, Amado Boudou, y por la presidenta Cristina Kirchner", según refiere La Nación.
Este dato fue anticipado a principios de junio de este año por Tribuna de Periodistas: "Lo que viene es aún más intrincado. El avance de la investigación judicial desembocará en los fondos de campaña del Frente para la Victoria (...) y el blanqueo de capitales por doquier."
Como puede verse, no hay mucho de novedoso en las declaraciones de Schoklender, solo el refrendamiento de lo que ya circulaba por los pasillos del poder oficial y las redacciones de los medios. Hay que mencionar que, en los días en los que empezaba a estallar el escándalo, pocos periodistas se animaban a mencionar a Bonafini en sus crónicas. Todos cerraron filas sobre la figura de Schoklender, aún cuando no encajaba por ningún lado que este hubiera avanzado con sus estafas durante tantos años frente al desconocimiento, no solo de la titular de Madres, sino también del consejo de administración de esa misma entidad.
¿Por qué entonces, si se sabía todo esto, se insistió con la política del silencio? Los políticos y los medios callaron porque era políticamente incorrecto avanzar contra un emblema de la talla de Hebe de Bonafinil. Esa es la pura verdad.
La Justicia hizo exactamente lo mismo: el juez Oyarbide, fiel a su alineamiento K, cajoneó todas las evidencias contra la titular de Madres. Este periódico lo anticipó hace meses en una nota titulada Por qué Oyarbide no hará nada finalmente con la causa Schoklender.
En fin, si Schoklender generó semejante escándalo con sus declaraciones, ¿qué pasaría si la propia Bonafini admitiera que financió campañas oficiales y ayudó a blanquear dinero gubernamental?
Todo lo antedicho, explica por qué hay tanto misterio en torno a este escándalo. No hace falta conocer en detalle los desaguisados de marras para entender la magnitud del escándalo. El mutismo general habla por sí solo.
Twitter: @cesanz1