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¿Por qué no se puede hablar del terrorismo de los años 70?

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Atentados en Francia y otras hipocresías K
Atentados en Francia y otras hipocresías K

Es raro, es absurdo, pero hablar de terrorismo en Argentina tiene toda una connotación imbécil. Se puede hablar, pero hasta ahí.

 

En realidad, mucho no se puede ahondar en lo que hicieron agrupaciones terroristas en los años 70, porque uno se vuelve blanco de una jauría de impresentables. Esos que piden el carnet de honestidad del que ellos carecen.

Condenar el terrorismo de los 70 vuelve a uno automáticamente “represor” o “procesista”, sin escalas. Ello explica por qué son tan pocos los periodistas que se animan a hablar crudamente de esos años. Nadie quiere ser “escrachado” por el gran aparato de los K.

No obstante, la verdad se impone “per se”, no es una cuestión de valoración sino de meras descripciones de lo que pasó en esos días, cuando “jóvenes idealistas” asesinaron sin piedad a cientos de personas, que eran inocentes de toda inocencia.

Tenían sus ideales, es bien cierto, pero ¿quién no los tiene? ¿Es eso excusa suficiente para matar a diestra y siniestra? ¿El fin justifica los medios?

Miembros de Montoneros y ERP acribillaron a familias completas, metieron bombas en sus casas, ajusticiaron incluso a sus propios compañeros. ¿Esa era la juventud maravillosa de los 70, muchos de cuyos miembros hoy recalan en el gobierno nacional?

Lo que hicieron estos asesinos —lo son por definición— no justifica en lo más mínimo la masacre que luego acometió al dictadura militar de Videla, Agosti y Massera. Esa parte de la historia no está en discusión, ya que muchos de esos criminales hoy están en prisión. Como debe ser.

Sin embargo, no ocurre lo mismo con los que mataron en nombre de “sus ideales”. Lejos de estar en prisión, esa camada de delincuentes hoy cobra subsidios que surgen de los impuestos que paga toda la ciudadanía, incluido el imbécil que escribe estas líneas.

Cuando alguien mata a otra persona, la discusión no debe entrar en los cánones de la ideología. Es estúpido cuando ello ocurre: una muerte es una muerte, y debe condenarse ya sea que la cometa alguien que está a la derecha o la izquierda de esa abstracta valoración

¿Quién fue el tarado que dio el puntapié inicial a tan estúpido dilema? Es imposible saberlo, pero está claro que debe terminarse de una buena vez y por todas.

Lo antedicho viene a colación de lo que ocurrió en Francia esta semana, cuando un grupo de descerebrados, en nombre de sus “ideales”, quitó la vida a una docena de personas. Poco importa si lo hicieron en nombre de Mahoma o de la igualdad de los sexos.

Como sea, mientras estas líneas terminan de escribirse, brilla por su ausencia el pronunciamiento respecto de lo ocurrido por parte de la presidenta Cristina Kirchner. ¿A qué se debe su silencio, siendo que es tan afecta a opinar sobre cuestiones triviales cada día? Nadie lo sabe a ciencia cierta.

Quizás la jefa de Estado comparta la opinión de la ultrakirchnerista decana de la facultad de Periodismo de La Plata, Florencia Saintout, quien aseveró que el atentado de París tuvo su "contexto".

O tal vez Cristina imagine, al igual que Hebe de Bonafini que "la Francia colonialista no tiene autoridad moral para hablar de terrorismo criminal".

Sea como fuere, lo cierto es que no hay muertes buenas y malas; ni hay asesinos correctos o incorrectos. Creer algo así es de una imbecilidad astronómica.

Lamentablemente, ese pareciera ser el lema de muchos hoy en día, tanto a la izquierda como a la derecha ideológica.

Todos ellos alimentan cada día la brillante frase atribuida a Albert Einstein: “La inteligencia es limitada, pero la idiotez no tiene límites”.


© Tribuna de Periodistas, todos los derechos reservados

 
 

57 comentarios Dejá tu comentario

  1. Los culpables, no sólo de qué no se pueda hablar de terrorismo, sino de que hoy haya gente qué propone a un terrorista para presidente de la Republica, son los radicalesde Alfonsin. En efecto éstos tipos clasificaron a los terroristas en dos clases: los terroristas buenos y los terroristas malos. Entre los terroristas buenos estaban la Bulrich y su domador: Firmenich. A éstos, los terror- buenistas, los radicales, haciendo de Padres Nuestros, no solo qué les perdonaron todas sus deudas, porqué dizque los tipos no sabían lo que hacian, sino que, al más bueno de todos: Firmenich lo despidieron con besos y abrazos cuando éste decidió irse a España, a follar como conejo y a gozar como cardenal, con los 6 millones de US$ qué le choreo a Timmerman. Segun Firmench, no se trató de un choreo, sino de una contribucion voluntaria de Timmerman a la revolucion castro- trotsko- leninista- marxista qué Firmenich y Bulrich querian imponer en la Argentina. Pero, el amor por los terroristas buenos qué sienten los radicales no termina con Firmenich, no, continua con la Bulrich. En efecto, el radical Gerardo Morales, gobernador de Jujuy y autor del mayor quilombo de la historia de ésta Provincia, hoy tiene planeado un " menage a trois" con el matrimonio Larreta - Bulrich.

  2. Si bien existen otras izquierdas (Tolstoi, Luther King) la/s izquierda/s local/es es/son mas Castristas/Guevaristas. Son de las que sostienen que es obligatorio pensar lo que ellos dictan, porque si no lo hacés te fusilan. No buscan un debate sano, democrático, sino que imponen.

  3. Acabo de ver una fotografía del Gral. Omar Riveros, preso con 100 años de edad. El lejor comentario es la transcripción del siguiente texto. "No me preocupa el grito de los violentos, de los corruptos, de los deshonestos, de los sin ética. Lo que más me preocupa es el silencio de los buenos" Martín Luther King 23/2/13? TENIENTE CORONEL EMILIO NANI, HEROE DE MALVINAS Y HEROE DE LA BATALLA DE LA TABLADA El amor a la Patria me impulsó a seguir la carrera militar, a combatir al terrorismo subversivo y a participar en la recuperación de las Islas Malvinas. En ambas guerras fui gravemente herido y por ambas guerras terminé convertido en genocida violador de los derechos humanos, siendo merecedor del repudio por parte de la misma sociedad que me pedía a gritos que hiciera algo para erradicar el peligro de las bombas, los secuestros y los asesinatos y me alentaba a luchar contra el usurpador inglés. Desaparecido el peligro terrorista y habiendo sido derrotado en Malvinas, apareció el repudio social. Aquellos, a los que nada les importó, en tanto y en cuanto les devolviéramos su tranquilidad y la gloria, fueron los primeros en pedir las cabezas de quienes dieron todo de sí para lograrlo, sumándose a la chusma rencorosa y hoy esperan que algún juez decida armar una causa para privarlos de su libertad, tal como ha sucedido y sucede con casi 700 camaradas que se encuentran ilegal e ilegítimamente privados de las suyas, por decisiones de un poder político corrupto y violento y de jueces federales que, renegando al sagrado cumplimiento del deber, cometen nada menos que 31 aberraciones jurídicas para mantenerlos en las mazmorras del régimen. Otros 88 (hoy son mas de 700) han muerto en cautiverio como consecuencia del abandono, la indiferencia y la ausencia absoluta de un adecuado sistema de salud. Después de esperar en vano algún tipo de apoyo o reacción por parte de esta sociedad apática e hipócrita que, gracias al sacrificio de miles de argentinos, hoy goza de una inmerecida libertad, he llegado al triste momento del arrepentimiento. Luego de ver sistemáticamente cercenado el derecho a la libertad de aquellos que combatieron al terrorismo en defensa de la Nación y su pueblo, mientras que quienes los atacaron, como los reconocidos criminales terroristas Rodolfo Walsh, Juan Gelman, Carlos Betttini, Eduardo Luis Duhalde, Rodolfo Matarollo, Esteban Righi, Horacio Verbitsky, Eduardo Anguita, Hernán Invernizzi, Mario Kestelboim, Luis Mattini, Gustavo Plis Steremberg, Jorge Taiana y tantísimos otros, gozan de almibarados tratamientos, al arrepentimiento le he sumado el asco. Me arrepiento de todo lo que he hecho en defensa de mi Patria. Me arrepiento de lo poco o mucho que hice para impedir que el proyecto castrocomunista que las organizaciones terroristas intentaron imponernos por medio de la violencia, imperara en nuestra Patria. Me arrepiento de haber contribuido a que los argentinos hoy disfruten de una libertad que no se merecen, por cuanto muchos de ellos, asumiendo un actitud canallescamente miserable, desde esa libertad ganada a costa de sangre, se hacen los distraídos ante los sucesivos ataques a las Fuerzas Armadas, de Seguridad y Policiales que tuvieron la responsabilidad de liberarnos del flagelo del terrorismo. Con muchísima tristeza he llegado a la conclusión que esta sociedad no se merece una sola gota de la sangre derramada para conquistar esta libertad impidiendo que el proyecto montonero-erpiano-emetepista se adueñara de nuestra Patria; no se merece una sola lágrima de los familiares y amigos de aquellos que dieron su vida en su defensa; no se merece un solo segundo de la angustia de los seres queridos de aquellos que hoy padecen injusta privación de libertad. Es por ello que, siendo consciente que es poco menos que imposible la instauración en nuestro país de un régimen estilo Cuba, Nicaragua o de la Europa del Este, que sumieron a sus pueblos en el atraso, la miseria y la desesperanza, mientras sus jerarcas se enriquecían a costa de su sufrimiento, he decidido apoyar cualquier proyecto que, aunque de lejos, se les parezca. Por todo lo expuesto deseo que el actual gobierno logre “profundizar su modelo”, para que: Pueda terminar de arrasar con la propiedad privada. El sistema de salud continúe llevando a la muerte segura a miles de argentinos. La inseguridad siga desarrollándose hasta su máximo esplendor. La droga, el desenfreno y el alcohol continúen descerebrando a niños y adolescentes. Los empresarios amigos del poder, como los Eskenazi, los Lázaro Báez, los Cristóbal López, los Werthein, los Elsztain, los Ferreyra, los Sergio Tasselli, los Aldo Ducler, los Rudy Ulloa Igor, los Albistur, etc. y los integrantes de los poderes del Estado puedan seguir enriqueciéndose a costa del hambre, la desesperación y la muerte del pueblo argentino. El narcotráfico siga financiando las campañas políticas del oficialismo. De una vez por todas desaparezcan las libertades de prensa y expresión. Los accidentes de tránsito sigan cobrando miles de víctimas. Cientos de idiotas escondidos detrás de sus computadoras y Nicks, puedan seguir insultando, sabiendo que difícilmente los destinatarios de sus agravios se enteren de ello, y continuar librando sus “gloriosos” combates virtuales, exigiendo a otros lo que no son capaces de hacer. El juego de Cristóbal López continúe llevando a la pobreza a aquellos de, en su desesperanza, busquen una “salvación” económica que nunca llegará. El sistema educativo siga embruteciendo a nuestros niños y jóvenes. Las constantes violaciones a la Constitución Nacional continúen el largo crecimiento de los perjuros que, año a año declaman defenderla y nada hacen por conseguirlo. Los medicamentos falsos maten a los sobrevivientes de la inseguridad, los accidentes de tránsito y las drogas. Los sindicalistas puedan comprar campos y empresas a costa de la desocupación, indigencia y pobreza de sus representados. Los De Vido, Jaime, Uberti y sus empresarios amigos sigan haciendo pingües negocios a costa del saqueo y despilfarro de los recursos de la ANSESS. Los desaparecidos fondos de Santa Cruz continúen en poder del matrimonio K. Se terminen de destruir el Sistema de Defensa Nacional y las Fuerzas Armadas. Puedan lograr la obligatoriedad de todas las mujeres a abortar y el matrimonio entre homosexuales. La violencia siga asesinando a aquellos que, con su trabajo fecundo, han contribuido a que la Argentina subsista a pesar de los esfuerzo de la corporación política más corrupta de nuestra historia. Los organismos públicos se sigan poblando con familiares, amigos, amantes de los detentadores del poder, mientras que a millones de argentinos se les niegue el acceso a un trabajo digno. Los funcionarios puedan seguir utilizando los bienes del Estado en beneficio propio. Los terrenos que quedan en El Calafate sigan vendiéndose a precio vil. Los subsidios, los fideicomisos y los fondos fiduciarios continúen despilfarrándose yendo a parar a los bolsillos de corruptos funcionarios. Las bolsas con dinero que aparezcan en los baños ministeriales dejen de preocupar a los ministros. Los dineros mal habidos y las facturas falsas se puedan blanquear definitivamente. Las muertes políticas como la de Cacho Espinosa, Julio López y Vittorio Gotti queden en el olvido. Los órganos de control sigan descontrolados. Los Claudio Uberti puedan conseguir más valijas con dólares. Así como usaron los vuelos de Southern Winds para traficar drogas, ahora puedan hacer lo mismo con nuestra “recuperada” línea de bandera. Puedan seguir haciendo desaparecer personas caídas en redes de prostitución o en el tráfico de órganos. Todo el pueblo argentino quede excluido de toda posibilidad de paz social, tranquilidad y prosperidad. Sigan anunciando obras públicas que nunca se llevarán cabo y se paguen por ellas sobreprecios que continúen engordando las arcas de los detentadores del poder. Los jueces puedan terminar de sobreseer a los ladrones enriquecidos ilícitamente. Se consoliden nuestros vínculos bolivarianoindigenistas con Chávez, Morales, Correa, Zelaya y Castro, de modo tal de quedar definitivamente fuera del mundo desarrollado. Los jueces puedan continuar utilizando el delito del prevaricato como metodología para negar Justicia. Lograr que la Argentina ocupe el máximo sitial en corrupción. La juventud K pueda seguir volando gratis en Aerolíneas Argentinas para ver eventos deportivos, mientras el pueblo se sigue muriendo de hambre. Sigan destruyendo el aparato productivo y continúen adueñándose de empresas como YPF, Aerolíneas Argentinas, Papel Prensa, Massuh, Banco de Santa Cruz, etc.. El odio, la venganza y la confrontación permanente sigan enseñoreándose en nuestro país. En fin, para que la unión nacional, el afianzamiento de la justicia, la consolidación de la paz interior, la provisión a la defensa común, la promoción del bienestar general y la seguridad de los beneficios de la libertad establecidos en el Preámbulo de nuestra Constitución Nacional y la propia Constitución Nacional, queden definitivamente convertidos en letra muerta. Tal vez no lleguemos a ser como Cuba, Rumania o Alemania Oriental, pero al menos nos pareceremos. Tal vez sea en ese momento en que esta sociedad despierte y tome conciencia -aunque tarde- de lo que pudimos haber sido y, por su hipocresía, cinismo e indolencia, no pudimos ser. Emilio Guillermo Nani L.E. 4.526.260 Hora 22:22 Espero que cuando se concreten el caos de la violencia interior, ya comunicada por los fincionarios de este desgobierno, el narcotráfico y la narcopolitica avancen, o ante el apoderamiento de territorio del sur argentino en manos de delipuches dirigidos por el terrorismo residual, tropas chilenas o alguna nación extranjera cuyos oficiales de su ejército recorren periodicamente la Patagonia, sea la civilidad argentina la que defienda su propia seguridad y el territorio argentino y no encarguen, cobardemente el trabajo sucio a las fuerzas armadas, porque la obligación de defender la nación es un deber de TOSOS lis argentinos, sin excepciones, plasmado en la Constitución Nacional. Asi se evitará que haya militares encarcelados por cumplir órdenes del poder politico, sus familias y allegados injuriados y perseguidos por los politicos, jueces y sociedad en general. SIEMPRE, desde 1919, cuando hubo caos los gobernantes ordenaron restablecer el orden sin especificar la modalidad para luego sacarse la responsabilidad de cualquier irregularidad y descargar culpas en las FFAA. 1919, 1921, 1927, 1951, 1955, 1956, 1976.... ¿ Por qué no encarcelar a quienes impartieron las órdenes, golpearon las puertas de los cuarteles incitando los golpes de estado ? No, la calaña politica tiene privilegios, inmunidades, impunidad ¿ Quien si no iba a encargarse de gobernar el país con el éxito demostrado en la actualidad ? Como el protagonista de "La hora 25", ya he visto casi todo lo que puede verse en la Argentina y tengo la edad en que las ilusiones y esperanzas ya se han muerto. Que les vaya bien y ojalá todos, politicos, periodistas, intelectales, jueces, iglesias, sindicalistas, profesionales, etc, algún día hagan gala de un patriotismo y valentía que, habitualmente, han demostrado no poserer y recuperen la Argentina que conocí en mi niñez, la que estagba séptima entre las naciones del mundo. ¡ Buena suerte ! Dios no los ayudará, seguramente también se cansó de los habitantes de Argentina.

  4. no hay que decir que el terrorismo mato personas solo cuentan una parte de la verdad no toda la verdad el numero d elos 30.000 desaparecidos solo lo crearon para recibir plata del exterior y ya lo dijo un montonero que inventaron el numero .“Dijimos varios números, uno fue 15.000, otro 30.000 y otros disparates. Se aprobó 30.000 Fui yo el que dijo la cifra. Pero, oficialmente, son alrededor de 8000 personas desaparecidas”, precisó Labraña quien se adjudicó la autoría del número oficial de personas desaparecidas. E s decir hay mas de 20.000 cobrando un subsidio que no deberian estar cobrandolo

  5. guarda hay comentarios de kirchneristas o de los zurdos que hablan ahora de reactivar a los montoneros esos que mataban gente poniendo bombas y esos que secuestraban personas

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